Letra de canción descargada de: https://www.albumcancionyletra.com ------------------------------------------ Sabina Y Cia - 19 Días Y 500 Noches ------------------------------------------ Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un whiskey on the rocks. Y en vez de fingir, o estrellarme una copa de celos,le dio por reír. De pronto me vi como un perro de nadie ladrando a las puertas del cielo. Me dejó un neceser con agravio,la miel en los labios y escarcha en el pelo. Tenían razón mis amantes en eso de que antes el malo era yo. Con una excepción: esta vez,yo quería quererla querer y ella no. Así que se fue... me dejó el corazón en los huesos y yo de rodillas. Desde el taxi y haciendo un exceso, me tiró dos besos: uno por mejilla. Y regresé a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdición de los bares de copas, a las Cenicientas de saldo y esquina y, por esas ventas del fino La Ina, pagando las cuentas de gente sin alma que pierde la calma con la cocaína, volviéndome loco,derrochando la bolsa y la vida la fui, poco a poco,dando por perdida. Y eso que yo, para no agobiar con flores a María, para no asediarla con mi antología de sábanas frías y alcobas vacías, para no comprarla con bisutería, ni ser el fantoche que va en romería,con la cofradía del Santo Reproche... tanto la quería, que tardé en aprender a olvidarla, diecinueve días y quinientas noches. Dijo hola y adiós, y el portazo sonó como un signo de interrogación. Sospecho que así, se vengaba, a través del olvido,Cupido de mí. No pido perdón, ¿para qué? si me va a perdonar porque ya no le importa... siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta. Me abandonó como se abandonan los zapatos viejos, destrozó el cristal de mis gafas de lejos, sacó del espejo su vivo retrato, y fui tan torero por los callejones del juego y el vino, que ayer el portero me echó del casino de Torrelodones. ¡Qué pena tan grande! negaría el Santo Sacramento en el mismo momento que ella me lo mande. Y eso que yo, para no agobiar con flores a María, para no asediarla con mi antología de sábanas frías y alcobas vacías, para no comprarla con bisutería, ni ser el fantoche que va en romería,con la cofradía del Santo Reproche... tanto la quería, que tardé en aprender a olvidarla, diecinueve días, diecinueve días, diecinueve días y quinientas noches.