Letra de canción descargada de: https://www.albumcancionyletra.com ------------------------------------------ Jose Hernandes - Capitulo 5 ------------------------------------------ Yo andaba desesperao, aguardando una ocasión que los indios un malón nos dieran, y entre el estrago hacérmeles cimarrón y volverme pa mi pago. Aquello no era servicio ni defender la frontera; aquello era ratonera en que sólo gana el juerte: era jugar a la suerte con una taba culera. Allí tuito va al revés; los milicos son los piones, y andan en las poblaciones emprestaos pa trabajar; los rejuntan pa peliar cundo entran indios ladrones. Yo he visto en esa milonga muchos Jefes con estancia, y piones en abundancia, y majadas y rodeos; he visto negocios feos a pesar de mi inorancia. Y colijo que no quieren la barunda componer; para eso no ha de tener, el Jefe que esté de estable, mas que su poncho y su sable, su caballo y su deber. Ansina, pues, conociendo que aquel mal no tiene cura, que tal vez mi sepoltura si me quedo iba a encontrar, pensé mandarme mudar como cosa más sigura. Y pa mejor, una noche que estaquiada me pegaron! casi me descoyuntaron por motivo de una gresca: ahijuna, si me estiraron lo mesmo que guasca fresca! Jamás me puedo olvidar lo que esa vez me pasó; dentrando una noche yo al fortín, un enganchao, que estaba medio mamao, allí me desconoció. Era un gringo tan bozal, que nada se le entendía, quién sabe de ande sería! tal vez no juera cristiano, pues lo único que decía es que era pa-po-litano. Estaba de centinela y por causa del peludo verme más claro no pudo, y esa jué la culpa toda: el bruto se asustó al ñudo y fí el pavo de la boda. Cuando me vido acercar: -quien vivore...?- preguntó; -que viboras?-, dije yo. -Ha garto!-, me pegó el grito, y yo dije despacito: -mas lagarto seras vos!- Ahi no más, Cristo me valga!, rastrillar el jusil siento: me agaché, y en el momento el bruto me largó un chumbo; mamao, me tiró sin rumbo, que si no, no cuento el cuento. Por de contao, con el tiro se alborotó el avispero; los Oficiales salieron y se empezo la junción; quedo en su puesto el nación, y yo fí al estaquiadero. Entre cuatro bayonetas me tendieron en el suelo; vino el mayor medio en pedo y allí se puso a gritar: -pícaro, te he de enseñar andar reclamando sueldos!- De las manos y las patas me ataron cuatro cinchones; les aguanté los tirones sin que ni un !ay! se me oyera, y al gringo la noche entera lo harté con mis maldiciones. Yo no sé porqué el gobierno nos manda aquí a la frontera gringada que ni siquiera se sabe atracar a un pingo. si creerá al mandar un gringo que nos manda alguna fiera! No hacen más que dar trabajo, pues no saben ni ensillar; no sirven ni pa carniar: y yo he visto muchas veces que ni voltiadas las reses se les querían arrimar. Y lo pasan sus mercedes lengetiando pico a pico hasta que viene un milico a servirles al asao... y eso sí, en lo delicaos, parecen hijos de rico. Si hay calor, ya no son gente; si yela, todos tiritan; si usté no les da, no pitan por no gastar en tabaco, y cuando pescan un naco uno al otro se lo quitan. Cuando llueve se acoquinan como perro que oye truenos. Que diablos!, sólo son genos pa vivir entre maricas, y nunca se andan con chicas para alzar ponchos ajenos. Pa vichar son como ciegos; no hay ejemplo de que entiendan, ni hay uno solo que aprienda, al ver un bulto que cruza, a saber si es avestruza, o si es jinete, o hacienda. Si salen a perseguir después de mucho aparato, tuitos se pelan al rato y va quedando el tendal: esto es como en un nidal echarle gevos a un gato.