Letra de canción descargada de: https://www.albumcancionyletra.com ------------------------------------------ Jose Hernandes - Capitulo 10 ------------------------------------------ -Amigazo, pa sufrir an nacido los varones; estas son las ocasiones de mostrarse un hombre juerte, hasta que venga la muerte y lo agarre a coscorrones. El andar tan despilchao ningun mérito me quita; sin ser un alma bendita me duelo del mal ajeno: soy un pastel con relleno que parece torta frita. Tampoco me faltan males y desgracias, le prevengo; también mis desdichas tengo, aunque esto poco me aflige: yo se hacerme el chango rengo cuando la cosa lo esige. Y con algunos ardiles voy viviendo, aunque rotoso; a veces me hago el sarnoso y no tengo ni un granito, pero al chifle voy ganoso como panzón al maíz frito. A mí no me matan penas mientras tenga el cuero sano; venga el sol en el verano y la escarcha en el invierno por qué afligirse el cristiano? Hagámosle cara fiera a los males, compañero, porque el zorro más matrero suele cair como un chorlito; viene por un corderito y en la estaca deja el cuero. Hoy tenemos que sufrir males que no tienen nombre, pero esto a nadies lo asombre porque ansina es el pastel, y tiene que dar el hombre mas geltas que un carretel. Yo nunca me he de entregar a los brazos de la muerte; arrastro mi triste suerte paso a paso y como pueda, que donde el débil se queda se suele escapar el juerte. Y ricuerde cada cual lo que cada cual sufrió, que lo que es, amigo, yo, hago ansí la cuenta mía: ya lo pasado pasó; mañana sera otro dia. Yo también tuve una pilcha que me enllenó el corazón, y si en aquella ocasión alguien me hubiera buscao, siguro que me había hallao más prendido que un botón. En la geya del querer no hay animal que se pierda... las mujeres no son lerdas, y todo gaucho es dotor si pa cantarle al amor tiene que templar las cuerdas. !Quien es de una alma tan dura que no quiera una mujer! lo alivia en su padecer: si no sale calavera es la mejor compañera que el hombre puede tener. Si es gena, no lo abandona cuando lo ve desgraciao, lo asiste con su cuidao, y con afán cariñoso, y usté tal vez ni un rebozo ni una pollera le ha dao. !Grandemente lo pasaba con aquella prenda mía, viviendo con alegría como la mosca en la miel! !amigo, qué tiempo aquél! !la pucha, que la quería! Era la águila que a un árbol dende las nubes bajó; era mas linda que el alba cuando va rayando el sol; era la flor deliciosa que entre el trebolar creció. Pero, amigo, el Comendante que mandaba la milicia, como que no desperdicia se fué refalando a casa; yo le conocí en la traza que el hombre traiba malicia. El me daba voz de amigo, pero no le tenía fe; era el jefe, y ya se ve, no podía competir yo; en mi rancho se pegó lo mesmo que un saguaipé. A poco andar, conocí que ya me había desbancao, y el siempre muy entonao, aunque sin darme ni un cobre, me tenía de lao a lao como encomienda de pobre. A cada rato, de chasque me hacía dir a gran distancia; ya me mandaba a una estancia, ya al pueblo, ya a la frontera; pero él en la comendancia no ponía los pies siquiera. Es triste a no poder más el hombre en su padecer, si no tiene una mujer que lo ampare y lo consuele: mas pa que otro se la pele lo mejor es no tener. No me gusta que otro gallo le cacaree a mi gallina; yo andaba ya con la espina, hasta que en una ocasión lo pille junto al jogón abrazándome a la china. Tenía el viejito una cara de ternero mal lamido, y al verle tan atrevido le dije:-!Que le aproveche!... que había sido pa el amor como gaucho pa la leche. Peló la espalda y se vino como a quererme ensartar, pero yo sin tutubiar le volví al punto a decir: -!Cuidado!, no te vas a per...tigo; poné cuarta pa salir. Un puntazo me largó, pero el cuerpo le saqué, y en cuanto se lo quité, para no matar un viejo, con cuidado, medio de lejos un palazo le asenté. Y como nunca al que manda le falta algún adulón, uno que en esa ocasión se encontraba allí presente, vino apretando los dientes como perrito mamón. Me hizo un tiro de revuélver que el hombre creyó siguro; era confiado y le juro que cerquita se arrimaba, pero, siempre en un apuro se desentumen mis tabas. El me siguió menudiando mas sin poderme acertar, y yo, déle culebriar, hasta que al fin le dentré y ahi no más lo despaché sin dejarlo resollar. Dentré a campiar en seguida al viejito enamorao... el pobre se había ganao en un noque de lejía. !Quién sabe cómo estaría del susto que había llevao! !Es zonzo el cristiano macho cuando el amor lo domina! el la miraba a la indina, y una cosa tan jedionda sentí yo, que ni en la fonda he visto tal jedentina Y le dije:-Pa su agela han de ser esas perdices. Yo me tapé las narices, y me salí esternudando, y el viejo quedó olfatiando como chico con lumbrices. Cuando la mula recula, señal que quiere cociar, ansí se suele portar aunque ella lo disimula; recula como la mula la mujer, para olvidar. Alcé mis ponchos y mis prendas y me largué a padecer por culpa de una mujer que quiso engañar a dos; al rancho le dije adiós, para nunca más vover. Las mujeres, dende entonces, conocí a todas en una; ya no he de probar fortuna con carta tan conocida: mujer y perra parida, !No se me acerca ninguna!.