Letra de canción descargada de: https://www.albumcancionyletra.com ------------------------------------------ Jose Hernandes - Capitulo 11 ------------------------------------------ A otros les brotan las coplas como agua de manantial; pues a mí me pasa igual; aunque las mías nada valen, de la boca se me salen como ovejas de corral. Que en puertiando la primera, ya la siguen los demás, y en montones las de atrás contra los palos se estrellan, y saltan y se atropellan sin que se corten jamás. Y anunque yo por mi inorancia con gran trabajo me esplico, cuando llego a abrir el pico, tengaló por cosa cierta, sale un verso y en la puerta ya asoma el otro el hocico. Y empresteme su atención; me oirá relatar las penas de que traigo la alma llena; porque en toda circustancia, paga el gaucho su inorancia con la sangre de sus venas. Despues de aquella desgracia me refugié en los pajales; anduve entre los cardales como bicho sin guarida; pero, amigo, es esa vida como vida de animales. Y son tantas las miserias en que me he salido ver, que con tanto padecer y sufrir tanta aflición, malicio que he de tener un callo en el corazón. Ansí andaba como guacho cuando pasa el temporal; supe una vez por mi mal de una milonga que había, y ya pa la pulpería enderece mi bagual. Era la casa del baile un rancho de mala muerte, y se enllenó de tal suerte que andabamos a empujones: nunca faltan encontrones cuando un pobre se divierte. Yo tenía unas medias botas con tamaños verdugones; me pusieron los talones con crestas como gallos: si viera mis afliciones pensando yo que eran callos! Con gato y con fandanguillo había empezado el changango, y para ver el fandango me colé haciendomé bola, mas metió el diablo la cola, y todo se volvió pango. Había sido el guitarrero un gaucho duro de boca: yo tengo paciencia poca pa aguantar cuando no debo; a ninguno me le atrevo, pero me halla el que me toca. A bailar un pericón con una moza salí, y cuanto me vido allí sin duda me conoció; y estas coplitas cantó como por rairse de mí: -Las mujeres son todas como las mulas; yo no digo que todas, pero hay algunas que a las aves que vuelan les sacan plumas. -Hay gauchos que presumen de tener damas; no digo que presumen, pero se alaban, y a lo mejor los dejan tocando tablas. Se secretiaron las hembras, y yo ya me encocoré; volié la anca y le grité: -!Dejá de cantar... chicharra!- y de un tajo a la guitarra tuitas las cuerdas corté. Al punto salió de adentro un gringo con un jusil; pero nunca he sido vil, poco el peligro me espanta; yo me refalé la manta y la eché sobre el candil. Gané en seguida la puerta gritando:-!Nadies me ataje!- y alborotado el hembraje, lo que todo quedo escuro, empezo a verse en apuro mesturao con el gauchaje. El primero que salió fué el cantor, y se me vino; pero yo no pierdo el tino aunque haiga tomao un trago, y hay algunos por mi pago que me tienen por ladino. No ha de haber achocao otro: le salió cara la broma; a su amigo cuando toma se le despeja el sentido, y el pobrecito habia sido como carne de paloma. Para prestar un socorro las mujeres no son lerdas: antes que la sangre pierda lo arrimaron a unas pipas; Ahi lo dejé con las tripas como pa que hiciera cuerdas. Monté y me largé a los campos mas libre que el pensamiento, como las nubes al viento a vivir sin paradero, que no tiene el que es matrero nido, ni rancho, ni asiento. No hay juerza contra el destino que le ha señalao el Cielo, y aunque no tenga consuelo, !aguante el que está en trabajo! !nadies se rasca pa abajo, ni se lonjea contra el pelo! Con el gaucho desgraciao no hay uno que no se entone !la menor falta lo espone a andar con los avestruces faltan otros con más luces y siempre hay quien los perdone