Letra de canción descargada de: https://www.albumcancionyletra.com ------------------------------------------ Joaquín Sabina - Ay calixto ------------------------------------------ Ay, Calixto! Ay, Calixto: sin tabaco y sin parné, ay Calixto, ay Calixto, por culpa de una mujer! Aquí donde usted me ve, descangayado, fané y sin afeitar, yo era un hijo de papá de casa bien. Lucía como un gentelman ternos de tweed a medida, fular, chofer, pedigrí, savoir faire, mujer querida, elegancia natural y el acta de diputado más votado del Partido Popular. El caso es que mi señora un seis de junio alumbró un Conde de Algora junior al que pusimos Calixto, tal que su progenitor. Y como para nacer de noble cuna, crecer, ser de la tuna y casarse no hay que pasarse de listo hasta Calixto, que en cuanto a encanto viril tenía tanto sex-appeal como Manolo el del bombo tras el quilombo sorpresa que son las bodas de moda, volvió de luna de miel con un pastel de frambuesa que te miraba y cortaba el hipo y la mayonesa con ese tipo: su vacunita en el brazo, dieciocho añitos y esos malditos ojazos de gata en celo y aquella mata de pelo como una hoguera y unas pestañas con telarañas de terciopelo y esas caderas que estaban hechas para pecar por las escaleras, para enseñarle el pajar, para esperar en la era, para mancharle el vestido, para cantarle al oído: reloj no marques las horas para quitarse el sombrero. Caballero, qué señora. Caballero, qué señora. Caballero: qué señora...! Ay, Calixto, ay, Calixto: quién te ha visto y quién te ve! Ay Calixto, ay Calixto, por culpa de una mujer! Para colmo mi Calixto por lo visto no le sobraba afición como varón: toreaba fuera de cacho, no se apretaba los machos, ni se gustaba, ni se cruzaba, ni paraba, ni mandaba, ni templaba, ni remataba faena y no le daba a su nena la alegría macarena que el cuerpo de esa morena sin alma necesitaba. Conque una noche que no quisimos ir retrasando más pasó lo que sabíamos que iba a pasar... Dejando el coche, camina que te camina, más que felices tirándole a las perdices sin carabina, yo pensé: ... Y por qué no?. Y ella, muerta de risa, dejando abierta la veda de su camisa de seda: Date prisa, (me apuro) que queda sólo un botón...!. Ay, Calixto, ay, Calixto: quién te ha visto y quién te ve! Ay, Calixto: qué conflicto, por culpa de una mujer! Lo violento fue que, en pleno ayuntamiento carnal, llegó el bueno de Calixto con los ojos como faros y, al vernos con tal descaro de cúbito horizontal pasarnos al grupo mixto, armó la de Dios es Cristo antes de echarse a llorar y terminar con su vida de un disparo mortal de necesidad. Me hubiera dado lo mismo arrastrar el sambenito de un sótano en el abismo si el cuerpazo del delito de la chiquilla que sale en mis pesadillas de enamorado hubiera estado a mi lado. Pero apenas enterrado y caliente aún el cadáver del marido, cerró el pasado con llave, buscó un pendiente perdido por los bolsillos de mi chaqueta, guardó el cepillo de dientes en su maleta witon y se libró de mi asedio poniendo tierra por medio entre su tedio y mi fuego, entre mi siempre y su luego, entre su ego y mi yo. Ay, Calixto, ay, Calixto: quién te ha visto y quién te ve! Tú, que eras tan listo cuando te hablaban de usted! Ay, Calixto, ay Calixto, la sonrisa del PP: te echaron del grupo mixto, te quitaron el carné! Rodé como el peor de los trotamundos por un submundo de yonquis y de busconas hasta que, un siglo después, cuando las olimpiadas de Barcelona, en la estación del metro de Urquinaona choqué con una persona y se le cayó un pendiente que yo conocía muy bien. Se lo alcancé torpemente y cuando ella, indiferente, dijo Thank you, la miré... Y sí, seguía siendo tan bella que sólo podía ser ella: la mujer que yo quería, por la que me consumía, a la que tanto busqué... Y, sin embargo, aquel día -no me pregunten por qué- ni siquiera la llamé. Puede parecerles tonto pero, de pronto, no la vi tan diferente, confundida con la gente que, impaciente, en el andén una mañana cualquiera de un lunes de primavera estaba esperando el tren, estaba esperando el tren...