El 5 de marzo de 1960, en el Campo de Carabobo, Rómulo Betancourt, presidente de la República, le puso el 'ejécutese' a la ley de Reforma Agraria. A partir de esa fecha se celebra en Venezuela la promulgación de la Ley de la Reforma Agraria Nacional y del Día del Campesino.
En este fecha se hace entrega de títulos de propiedad a campesinos, con el propósito de continuar estimulándolos para fomentar el desarrollo agrícola en la región y de brindar respuesta a un grupo de exigencias en cuanto a reivindicaciones sociales y económicas de este importante sector.
El objetivo primordial de este día esreconocer el trabajo del hombre y la mujer del campo.
En su mensaje a la nación durante el acto de promulgación de la ley, el presidente describe la crisis económica y las demandas sociales crecientes en todo el país. Entre otros, señala como factores de la crisis a la fuga de capitales, las deudas de la dictadura, la baja en los precios del petróleo, disminución en los ingresos por concepto del Impuesto sobre la Renta y el alto costo mundial del dinero.
Consideró que entre las cuestiones prioritarias está la reforma agraria, cuyo proyecto de ley había sido objeto de intensos análisis multidisciplinarios antes de presentarse al Congreso Nacional, y durante los debates subsiguientes en las cámaras hasta el momento de su aprobación. Tiene entre sus objetivos, 'eliminar definitivamente el sistema latifundista que, secularmente, imperaba en el país'.
La presión de los representantes campesinos se hace sentir y la reforma agraria es, en efecto, una prioridad. Se trata de una de las reformas más complejas del espectro social. Ésta era la tercera ley de Reforma Agraria que se ponía en práctica en el país: la primera había sido proclamada por el presidente Medina Angarita en 1945, y la segunda por el presidente Gallegos en 1948. Betancourt le da indudable impulso al proceso.
La ley de 1960 establece un sistema de dotación de tierras, al mismo tiempo que lo vincula con una red financiera.
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