La soledad es la oración
donde se esconde mi dolor,
buscando un hilo de tu voz
en la pasión que aún queda en mí,
sin darme cuenta que este desaliento
me abre en dos el corazón,
tan lleno de reproches...
Nunca cumplí aquel mito
de los hombres y su condición,
nunca probé los besos
que te enseñan a sufrir,
después de decidir
que el único importante
era sólo yo,
le eché un pulso a mi suerte,
y me bebí el veneno de tu adiós...
Y hoy pago
el precio de este amor,
con las mismas lágrimas
que el tiempo a tí te arrancó
y ahora pruebo yo
pagando el precio de este amor,
con la misma cobardía
que no tuvo valor
para pedir perdón...
Las noches se quedaron solas
cuando todo se acabó,
mi vida se fue por la borda,
sin querer sobrevivir,
y cada vez que el cielo
me pregunta por nosotros dos,
siempre culpo a mi suerte
y maldigo el día en que te dije adiós...
Y hoy pago
el precio de este amor,
con las mismas lágrimas
que el tiempo a tí te arrancó
y ahora pruebo yo pagando
el precio de este amor,
con la misma cobardía
que no tuvo valor
para lo nuestro...
Una razón para ser feliz,
contradicciones del corazón,
cuando descubres dentro de tí
que lo que más te importaba
el amor se lo llevó,
este amor.
maldigo el día en
que te dije adiós...
Y hoy pago
el precio de este amor,
con las mismas lágrimas
que el tiempo a tí te arrancó
y ahora pruebo yo
el precio... de este amor.
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