Aprendí a estar sólo y a no ser feliz,
desvié la atención para sobrevivir,
y sangré cada día en esta prisión,
y juré que no sería carne de cañón.
Guardaré siempre silencio,
lloraré siempre pa´dentro,
seré frío como el hielo
aunque me cueste respirar.
Y no hace falta que me cortes las alas
para saber que vivo y duermo en el suelo,
dame sueños para poder seguir despierto.
Y saciado de dolor,
no abandono la razón,
aunque me queme por dentro,
aunque me falte el aliento.
Sigo cantando esta misma canción.
Obligado a caminar por las calles del dolor,
sueño con la libertad.
No hay más mundo que el que ves
por debajo de tus pies,
es la cruda realidad.
Vivo con el sueño de alcanzar,
la jodida libertad,
vivo con el sueño de romper,
esta cruda realidad.
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