Ayer yo visite, la cárcel de sing-sing, y en una de sus celdas solitarias un hombre se encontraba arrodillado al redentor piedad, piedad de mí, mi gran Señor.
Mas cuando me miro a mi se abalanzo y con vos temblorosa entre cortada escuche triste hermano esta horrible confesión aquí yo condenado a muerte estoy.
Yo tuve que matar, a un ser que quise amar y aun que aun estando muerta yo la quiero, al verla con su amante a los dos los mate por culpa de esa infame moriré.
Minutos nada mas me quedan ya pa' respirar la silla lista esta, la cámara también. A mi pobre viejita, que desesperada esta entréguele este recuerdo de mi.
Yo tuve que matar??
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