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Tito Fernandez Benaiga La Buena Suerte
Benaiga la buena suerte de haber nacío al verrés,
con las dos patas p'ailante y la cabeza después.

¡Primera pata!

Esta primera pata se la voy a dedicársela, con todo cariño, a mi compadre Ponce, el de la pallaza'e paja y el catre'e bronce.

Dicen que dijo mi madre,
cuando me estaba teniendo,
la puchas el cabro lindo
¡caramba! que estoy tuviendo.
Después dijo la partera,
va a ser re lacho y güen mozo,
lo digo por lo que agarra,
tamién por lo refaloso.

Dien que al oirme a mi agüelo
se le quitó hasta lo sordo,
mi agüela se jue de traste
al ver al nieto tan gordo.

Pesé cinco quilos, netos,
en la balanza'e Don Ñipa,
incluyendo la pitilla
y mi peacito'e tripa.

Me amamantaron con l'ubre
de la caura Josefina,
una chiva lecheraza
que tenía mi vecina.

Por eso nací mamón,
pero nunca me ha faltao,
dicen que es la buena suerte
de haber nacío parao.

¡Caramba! soy de Coihueco,
dijo un curao,
y se pegaba el pencazo
desesperao.

Me gusta el queso con hoyo,
dijo un ratón,
porque ante too prefiero
la güena ventilación.

Segunda pata.

Esta otra pata se la voy a dedicársela, con too cariño, a mi compadre Sanzana, que amanece cocío por la mañana.

Me dieron una ternera
que me parío seis vaquillas,
y un toro, clavel, al justo
p'a que le hiciera cosquillas.

Una oveja con más lana
que colchón de cuerpo entero,
y un carnero con más ganas
que cien conejos solteros.

Del gallo que me compraron
mejor no les cuento na,
por ahí lucen las gallinas
la rabadilla pelá.

Da gusto ver a mi gallo,
educao en casa fina,
como se saca la cresta
p'a saludar las gallinas.

Una vieja cantora, en una chingana,
se agarró p'a ella sola la damajuana,
y nos dejó a nosotros, y a cinco mil,
con la trompa caliente como cautil,
Tercera pata.

El día'e mi casamiento
y no es por hacer halago,
los bolseros de costumbre
se rajaron con el trago.

Con una copa filúa
se cortó la lengua, es cierto,
mi suegra y se quedó múa
por cuatro meses y un resto.

Benaiga la buena suerte
¡caramba! que me ha tocao,
mi guagua nació a los días
después de haberme casao.

Después de catorce meses
he notao, en la cabeza,
como que me están saliendo
unas pequeñas durezas.

Ya con esta me despido,
cogollito de ciruelo,
ojalá que en esta vida
no pasen muchos desvelos.