Suprabond mató a Sopapa con un vidrio bajo un puente, yo la presentí esa muerte modorrando en mi colchón.
Lo llevaban al infierno cuatro gárgolas sonrientes, y un camino de serpientes le cantaba una canción.
Ya te mataron Sopapa ya te moriste en tu ley. Adónde están tus zapatos y tus lentes de carey.
Ya te mataron Sopapa ya te moriste de pie. Y el libro que no escribiste ya nadie lo va a leer.
Era un lumpen ilustrado de lecturas trascendentes, chorro pero budista más del tango que del rock.
Te juro sobre un porrito que tu alma de huerfanito se va a reencarnar un día en un perro de Bangkok.
Ya te mataron Sopapa ya te moriste en tu ley. Y el libro que no escribiste ya nadie lo va a leer; y al árbol que no plantaste ya nunca se va a trepar el hijo que no tuviste porque te hiciste matar.
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