(Salmo 19)
1. Los cielos dan a conocer tu gloria; testigos mudos son de todo tu poder. Con su pregón de confín a confín exaltan tu esplendor sin par y muestran tu saber.
2. Tu justa ley da nueva vida al alma; tus mandamientos son luz en la oscuridad; al corazón le dan paz y placer, pues son más dulces que la miel que fluye del panal.
3. Es tu temor eterno, puro y santo; de mucho más valor que el oro de verdad. Instrúyeme, líbrame del error. Constantemente alabaré tu nombre, oh Jehová.
(Véanse también Sal. 111:9; 145:5; Rev. 4:11.)
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