(Mateo 5:7)
1. Aquel que muestra compasión alegra el corazón de Dios. Jamás se cansa de contar que Él muy grande es en bondad, que a su Unigénito mandó a rescatarnos por amor y que, cual Padre tierno y fiel, se apiada del que polvo es.
2. Feliz es quien, igual que Dios, demuestra honda compasión; sus faltas perdonadas son, pues Cristo aboga en su favor. El misericordioso va diciendo a todos la verdad, que el Reino de Dios ya nació, que cerca está la salvación.
3. Al manso se le tratará con gran clemencia, con piedad; de otros se compadeció, de él tendrá Dios compasión. A diario, pues, hay que mostrar misericordia a los demás. Si practicamos tal virtud, copiamos a Jehová y Jesús.
(Véanse también Luc. 6:36; Rom. 12:8; Sant. 2:13.)
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