(Salmo 86:5)
1. Por amor mandó Dios a su Hijo a morir para dar fin a la muerte y a los hombres redimir. Si a Jehová, arrepentidos, suplicamos el perdón, él nos limpia con la sangre que vertió el Redentor.
2. Dios piedad le muestra al que sabe perdonar, al que es tierno y compasivo y no paga mal por mal. Aprendamos mansedumbre, olvidemos el rencor; las ofensas, aunque muchas, perdonemos por amor.
3. La misericordia, ¡oh divina cualidad!, es vital para el que ansía vida eterna disfrutar. Nos dará Dios su cariño y su compasión también si su ejemplo imitamos perdonando como él.
(Véanse también Mat. 6:12; Efe. 4:32; Col. 3:13.)
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