Ingrata perfida, romántica insoluta, tu me estrujates todito el corazón. Y yo benévolo hablábate de amores y deciáte mi anémica pasión.
Burlátabes todita de mi ánimo extasiado andábates creyendo qui hiríame yo a matar.
Pero fallote y ecuánime reprocho tu intrínsico deseo que indúceme a olvidar
Salgara que salgare ahora te involucro en las sucias maniobrias que usates para mí.
Ingrata méndiga palabras no son obras ahota tú, tú, tú me sobras y yo te falto a ti
|