No somos siempre nosotros el bueno, no tienen otros la culpa de todo, la redención mata más que el veneno, perfil de plata, borceguí de lodo,
neura, y gritos y coches y aromas calles y cuerpos y noches y azares sigue corriendo sin puntos ni comas, sube al infierno, baja a los altares.
Perdí mi sueldo de bombero un día que por jugar a echar troncos al fuego quemé los muros de la patria mía,
Como iba yo a saber que la hidalguía era el pijama a rayas del talego y la ambición, un perro policía.
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