Vencido sin honor en mas combates que Aureliano, el menor de los Buendía, harto de biselarle escaparates a los charlines de la hipocresía,
Hastiado del servil dime y direte de los que matan por calmar el flato, tiré, por el desague del retrete, los titulos, la pompa y el boato.
Y tarde, a la recherche du temps perdido, partí, otra vez,en direccion contraria de los que estan de vuelta y nunca han ido.
No me váis a creer, pero el tesoro enterrado en la isla barataria era silencio con pepitas de oro.
|