Logré nacer un mes de enero, tarde ya para el calor. Me convertí, invierno a invierno, en un torpe cazador.
Y así partí, y lo habias jurado ir conmigo hasta el final. Tardé en llegar algunos años y algunos más en regresar.
Completamente solo, bajo un sol abrasador, grité al perderlo todo y no reconocí mi propia voz.
Vivía igual que un cazador, en soledad, sin fe ni amor, mi presa siempre estaba en otro lado.
A hierro yo viví y maté y a hierro sé que moriré, el cielo nunca se ha equivocado.
Y así emprendí el tercer camino, fui guiado sólo por el viento, el juez de paz me vio y me dijo: "ya has perdido mucho tiempo".
Y vi a mi amor y estaba herido, no me quise detener allí. Soy cazador, y no persigo más que lo que huye de mí.
Después de mucho tiempo recibí tu grabación. Era de días buenos y no reconocí mi propia voz, mi voz.
Vivía igual que un cazador, en soledad, sin fe ni amor, mi presa siempre estaba en otro lado.
A hierro yo viví y maté y a hierro sé que moriré, el cielo nunca se ha equivocado.
Vivía igual que un cazador, en soledad, sin fe ni amor, mi presa siempre estaba en otro lado.
A hierro yo viví y maté y a hierro sé que moriré, el cielo nunca se ha equivocado.
Y puedo hablar, y aquí sigo aullando como un animal, el día es breve y próximo está el final. Hermano, esto es lo único que sé: tengo hambre y cazar
|