Yo necesito tus manos blancas tus ojos grises de tu mirada y aquella habitación de aquel hotel.
Fueron entonces tus besos míos y tus preguntas y tus suspiros y aquel amanecer yo te perdí.
Y desde entonces te busco sin parar y siento cada dia que mi cuerpo te desea mas presiento que jamás en otros brazos tu serás felíz.
Yo necesito de tu presencia de tu ironía de tu inocencia y aquel primer encuentro en un café.
Fueron entonces tus brazos míos y tus preguntas y tus suspiros y aquel amanecer yo te perdí.
Y desde entonces te busco sin parar y siento cada día que mi cuerpo te desea mas presiento que jamás en otros brazos tu serás felíz.
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