Soy viajero y mi destino es la luz del horizonte los fantasmas del camino son el eco de mi nombre.
Tuve un niño y una madre tuve un patio y una estrella tuve un beso de ternura una sombra y una huella.
El crepúsculo me llama con su fuerza y su misterio sólo llevaré en mis ojos la señal de tu silencio.
No quiero volver llorando a las puertas de aquel pueblo donde aguardan tras los muros la muerte con los recuerdos.
Soy viajero enamorado de este cielo inalcanzable aunque a veces del cielo una lágrima resbale.
Dónde va quedando todo dónde el corazón naufraga qué será del beso eterno dónde quedará mi casa.
No quiero volver llorando...
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