No esperes, que muera, tu hoguera no me hará padecer me volverás a ver aunque lejos estés la muerte te seguirá en mi ser
tú mientes, ofreces y hablas con palabras que bien nos podrás convencer pero no te olvides que todavía rompemos tu ley
no hay razones ya no hay razones no hay mesías ni en que creer
no, escondas, tu alma, en fachada hipócrita y cruel despiadada pudres se te esconde en la piel y lo que quieres es lujo y poder
sin lucha, no hay gloria y la historia se vuelve a repetir un rufián vendrá aquí a burlarse de ti y a robarse el gobierno, es el fin
no hay razones ya no hay razones no hay mesías ni en que creer
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