Es tarde, ya la mañana está y el sol le busca detrás de la montaña y sobre el río no hay luna más ni más amores tiernos, todo voló con ella y a su nido mis manos de poeta, mi soledad contigo.
No hay más amor que aquel que se ha marchado, ni más caricia que la del olvido.
Es tarde, y el viento le recuerda entre las hojas del roble que pintara con su brillo con luces de torero luna madre, de todo lo que sueña y de los grillos mis manos de poeta, mi soledad contigo.
No hay más amor que aquel que se ha marchado, ni más caricia que la del olvido.
|