Por una vereda viene cabalgando José Antonio, se vienen desde El Barranco a ver la flor de amancaes; en un bere-bere criollo va a lo largo del camino con jipijapa, pañuelo y poncho blanco de lino.
Mientras corre la mañana su recuerdo juguetea y con alegre retozo el caballo pajarea; fina garúa de junio le besa las dos mejillas y cuatro cascos cantado van camino de Amancaes.
¡Qué hermoso que es mi chalán! Cuan elegante y garboso sujeta la fina rienda de seda, que es blanca y roja; que dulce gobierna el freno con sólo cintas de seda al dar un quiebro gracioso al criollo bere-bere.
Tu mi tierra que eres blanda, le diste ese extraño andar enseñándole el amblar del paso llano gateado; siente como le quitaste durezas del bere-bere que allá en su tierra de origen, arenas le hacían daño.
Fina cadencia en el anca, brillante seda en las crines, el nervio tierno y alerta para el deseo del amo; ya no levanta las manos para luchar con la arena… quedó plasmado en el tiempo su andar de paso peruano.
¡Qué hermoso que es mi chalán! Cuán elegante y garboso sujeta la fina rienda de seda, que es blanca y roja; que dulce gobierna el freno con sólo cintas de seda al dar un quiebro gracioso al criollo bere-bere.
José Antonio, José Antonio ¿Por qué me dejaste aquí? Cuando te vuelva a encontrar que sea junio y garúe; me acurrucaré a tu espalda ''bajo tu poncho de lino y en las cintas del sombrero quiero ver los amancaes que recoja para ti, cuando a la grupa me lleves de ese tu sueño logrado de tu caballo de paso
¡Aquél del paso peruano!
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