Voy a contarles la historia de 2 weyes bien marranos,
A la hora de la comida no se lavaban las manos,
Para que decían los puercos,
Mejor sabor le agarramos.
Raúl era de Chihuahua, alegre y vacilador,
El otro de Guanajuato, se llamaba Salvador,
A 2 cuadras de distancia, llegaba su mal olor.
Desde hace mucho tenían capirotada en los dientes
Y 6 meses sin bañarse, de eso estaban bien concientes,
La cáscara guarda en vano, decían los 2 muy sonrientes.
Raúl estaba comiendo y le sonó el celular,
Era el del otro marrano que le quería comentar,
Vienen las fiestas del pueblo, hay que irnos a cotorrear,
Por fin se llego la hora después de tanto alegar,
Alfin se llego a un acuerdo se metieron a bañar,
A las chicas en el baile, pensaban apantallar.
No contaban los marranos, con que no se iba a poder
Debido a que se bañaron, en fiebre fueron a arder,
Y la ropa que dejaron, solita se echo a correr.
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