Traducción de la letra Demasiado tarde de El Rostro De Beltza Erdb

Idioma Origen:

DEMASIADO TARDE

Hoy despierto soñando con verte otra vez,
hoy soñé con poder ver el sol y sentir,
lo que un día un mal paso me hizo perder,
lo que una mala idea me condenó a ser.

Y al despertar mi cama deja de ser algodón,
y se convierte en el acero frío de una prisión,
y en lo lejano y más profundo del corazón,
no quedan huecos para la salvación.

Ya me cansé de recordar,
lo que pasó en aquel lugar,
tan sólo quiero ver la luz,
y no volver a tropezar,
con una piedra que al pisar,
rebota y vuelve a golpear.

Aún pienso en cómo sucedió,
recuerdo quién no me ayudó,
suspiro al ver quien, como yo,
no se da cuenta de su error,
y desafía sin temor,
a las cadenas del horror.

DEMASIADO TARDE,
PÚDRETE EN TU PRISIÓN,
DEMASIADO TARDE.

Hoy pierdo la esperanza, la luz se apagó,
ya no me queda nada, tan sólo estoy yo,
acostado en mi celda sólo oigo mi voz,
repitiendo en mi oído: 'eres un perdedor'.

Y tras pensarlo miro al cielo y oigo mi último adiós,
me ato una cuerda al cuello y subo a un viejo cajón,
recuerdo todo lo que quise lograr,
cierro los ojos y me pongo a volar.

[www.elrostrodebeltza.com]
Idioma Destino:

DEMASIADO TARDE

Hoy despierto soñando con verte otra vez,
hoy soñé con poder ver el sol y sentir,
lo que un día un mal paso me hizo perder,
lo que una mala idea me condenó a ser.

Y al despertar mi cama deja de ser algodón,
y se convierte en el acero frío de una prisión,
y en lo lejano y más profundo del corazón,
no quedan huecos para la salvación.

Ya me cansé de recordar,
lo que pasó en aquel lugar,
tan sólo quiero ver la luz,
y no volver a tropezar,
con una piedra que al pisar,
rebota y vuelve a golpear.

Aún pienso en cómo sucedió,
recuerdo quién no me ayudó,
suspiro al ver quien, como yo,
no se da cuenta de su error,
y desafía sin temor,
a las cadenas del horror.

DEMASIADO TARDE,
PÚDRETE EN TU PRISIÓN,
DEMASIADO TARDE.

Hoy pierdo la esperanza, la luz se apagó,
ya no me queda nada, tan sólo estoy yo,
acostado en mi celda sólo oigo mi voz,
repitiendo en mi oído: 'eres un perdedor'.

Y tras pensarlo miro al cielo y oigo mi último adiós,
me ato una cuerda al cuello y subo a un viejo cajón,
recuerdo todo lo que quise lograr,
cierro los ojos y me pongo a volar.

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