Traducción de la letra El Arriero de Patricio Mans

Idioma Origen:

Que sabes de cordillera, si tu naciste tan lejos
hay que conocer la piedra, que corona al
ventisquero hay que recorrer saltando, los atajos
del silencio. Y cortar por las orillas, de los
lagos cumbrereños mi padre anduvo su vida,
por entre piedras y cerros. La viuda blanca en su
grupa, la maldición del arriero llevo a mi
viejo esa noche, a robar ganado ajeno junto al
paso de ataculpu, a la entrada del invierno. Le
preguntaron a golpes, y el respondió con
silencio los guardias cordilleranos, clavaron su
cruz al viento.
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Los Ángeles de santa fe, fueron nombres
del infierno hasta mi casa llegaba, la ley
buscando al cuatrero mi madre escondió la
cara, cuando el no volvió del cerro. Y
arriba en la cordillera, la noche entraba en sus
huesos el que fue tan hombre y solo, llevo a la
muerte su arreo.

Nosotros cruzamos hoy, con un rebaño del
bueno arriba en la cordillera, no nos vio pasar ni
el viento con que orgullo me querría, si
ahora llegara a saberlo pero el viento no mas
sabe, donde se durmió mi viejo con su pena
de hombre pobre, y dos balas en el pecho.
Idioma Destino:

Que sabes de cordillera, si tu naciste tan lejos
hay que conocer la piedra, que corona al
ventisquero hay que recorrer saltando, los atajos
del silencio. Y cortar por las orillas, de los
lagos cumbrereños mi padre anduvo su vida,
por entre piedras y cerros. La viuda blanca en su
grupa, la maldición del arriero llevo a mi
viejo esa noche, a robar ganado ajeno junto al
paso de ataculpu, a la entrada del invierno. Le
preguntaron a golpes, y el respondió con
silencio los guardias cordilleranos, clavaron su
cruz al viento.
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Los Ángeles de santa fe, fueron nombres
del infierno hasta mi casa llegaba, la ley
buscando al cuatrero mi madre escondió la
cara, cuando el no volvió del cerro. Y
arriba en la cordillera, la noche entraba en sus
huesos el que fue tan hombre y solo, llevo a la
muerte su arreo.

Nosotros cruzamos hoy, con un rebaño del
bueno arriba en la cordillera, no nos vio pasar ni
el viento con que orgullo me querría, si
ahora llegara a saberlo pero el viento no mas
sabe, donde se durmió mi viejo con su pena
de hombre pobre, y dos balas en el pecho.