Traducción de la letra Príncipe de Carlos Malicia

Idioma Origen:

Ilustrísima, Sacra y Real Majestad,
Príncipe, que tenéis más o menos mi edad,
permitid a un mortal explicar por qué vos
sois lo que sois por la Gracia de Dios. (bis)

El plebeyo común, la canalla vulgar,
la muchedumbre que se permite dudar,
tiene todo el derecho a cierta información
sobre el milagro de vuestra concepción. (bis)

Cuando ovula una reina (y esto con microscopio
se ve perfectamente) sus trompas de falopio
resuenan en palacio su triunfal '¡Tararí!'
y el Rey resopla: '¡Esta noche, sí!' (bis)

Siendo que el objetivo de esta fornicación
es sólo el exclusivo bien de nuestra Nación,
no es preciso fingir ningún goce sensual:
Reina, sois toda una profesional. (bis)

Todo el acto es seguido junto al lecho por varios
familiares, amigos, altos cargos, notarios,
que, aunque no animan mucho, dan fe de que después
no hace de rey un rey medio marqués. (bis)

Tal vez por el ambiente, por la presión tal vez,
cuando el Rey no alcanzaba la justa rigidez,
la Reina dijo: 'Es vuestra responsabilidad:
lo dejo en vuestra mano, Majestad...' (bis)

Sabed que, en estos casos de excepción, no es pecado
una ayuda manual por razones de Estado.
Incluso los presentes pueden, es un honor,
echar una mano al Rey, mi Señor... (bis)

Por cierto, en una Reina, no cuaja cualquier cosa:
la semilla ha de ser solemne, decorosa.
Si el semen es plebeyo, lo aviso, vale más
que intente entrar por la puerta de atrás. (bis)

Como las discotecas, que tienen sus porteros,
las reinas llevan dentro los microalabarderos
que te gritan: '¿Quién vive?', que te tratan fatal
si no eres miembro del Esperma Real. (bis)

Escribir, pues, la Historia, tiene pompa y boato:
no es cosa de un 'aquí te pillo, aquí te mato.'
Sólo me he limitado a dar la información
que no venía en la Constitución.
Idioma Destino:

Ilustrísima, Sacra y Real Majestad,
Príncipe, que tenéis más o menos mi edad,
permitid a un mortal explicar por qué vos
sois lo que sois por la Gracia de Dios. (bis)

El plebeyo común, la canalla vulgar,
la muchedumbre que se permite dudar,
tiene todo el derecho a cierta información
sobre el milagro de vuestra concepción. (bis)

Cuando ovula una reina (y esto con microscopio
se ve perfectamente) sus trompas de falopio
resuenan en palacio su triunfal '¡Tararí!'
y el Rey resopla: '¡Esta noche, sí!' (bis)

Siendo que el objetivo de esta fornicación
es sólo el exclusivo bien de nuestra Nación,
no es preciso fingir ningún goce sensual:
Reina, sois toda una profesional. (bis)

Todo el acto es seguido junto al lecho por varios
familiares, amigos, altos cargos, notarios,
que, aunque no animan mucho, dan fe de que después
no hace de rey un rey medio marqués. (bis)

Tal vez por el ambiente, por la presión tal vez,
cuando el Rey no alcanzaba la justa rigidez,
la Reina dijo: 'Es vuestra responsabilidad:
lo dejo en vuestra mano, Majestad...' (bis)

Sabed que, en estos casos de excepción, no es pecado
una ayuda manual por razones de Estado.
Incluso los presentes pueden, es un honor,
echar una mano al Rey, mi Señor... (bis)

Por cierto, en una Reina, no cuaja cualquier cosa:
la semilla ha de ser solemne, decorosa.
Si el semen es plebeyo, lo aviso, vale más
que intente entrar por la puerta de atrás. (bis)

Como las discotecas, que tienen sus porteros,
las reinas llevan dentro los microalabarderos
que te gritan: '¿Quién vive?', que te tratan fatal
si no eres miembro del Esperma Real. (bis)

Escribir, pues, la Historia, tiene pompa y boato:
no es cosa de un 'aquí te pillo, aquí te mato.'
Sólo me he limitado a dar la información
que no venía en la Constitución.