Letra de canción descargada de: https://www.albumcancionyletra.com ------------------------------------------ Jose Hernandes - Capitulo 13 ------------------------------------------ -Ya veo que somos los dos astillas del mesmo palo: yo paso por gaucho malo y usté anda del mesmo modo; y yo, pa acabarlo todo, a los indios me refalo. Pido perdón a mi Dios que tantos bienes me hizo, pero dende que es preciso que viva entre los infeles, yo seré cruel con los crueles: ansi mi suerte lo quiso. Dios formó lindas las flores, delicadas como son; le dió toda perfeción y cuanto él era capaz, pero al hombre le dió más cuando le dio el corazón. Le dió claridá a la luz, juerza en su carrera al viento, le dió vida y moviumiento dende la águila al gusano; pero más le dio al cristiano al darle el entendimiento. Y aunque a las aves les dió, con otras cosas que inoro, esos piquitos como oro y un plumaje como tabla le dió al hombre mas tesoro al darle una lengua que habla. Y dende que dio a las fieras esa juria tan inmensa, que no hay poder que las venza ni nada que las asombre, ?que menos le daría al hombre que el valor pa su defensa?. Pero tantos bienes juntos al darle, malicio yo que en sus adentros pensó que el hombre los precisaba que los bienes igualaba con las penas que le dió. Y yo empujao por las mías quiero salir de este infierno: ya no soy pichón muy tierno y sé manejar la lanza, y hasta los indios no alcanza la facultá de Gobierno Yo sé que allá los caciques amparan a los cristianos, y que los tratan de cuando se van por su gusto. !A qué andar pasando sustos...! alcemos el poncho y vamos. En la cruzada hay peligros, pero ni aun esto me aterra: yo ruedo sobre la tierra arrastrao por mi destino; y si erramos el camino... no es el primero que lo erra. Si hemos de salvar o no, de esto naides nos responde; derecho ande el sol se esconde tierra adentro hay que tirar; algun día hemos de llegar... despues sabremos a dónde. No hemos de perder el rumbo: los dos somos gena yunta. el que es gaucho ve ande apunta aunque inora ande se encuentra; pa el lao en que el sol se dentra pueblan los pastos la punta. De hambre no pereceremos, pues, sigún otros me han dicho, en los campos se hallan bichos de los que uno necesita... gamas, matacos, mulitas avestruces y quirquinchos. Cuando se anda en el desierto se come uno hasta las colas; lo han cruzao mujeres solas llegando al fin con salú, y ha de ser gaucho el ñandú que se escape de mis bolas. Tampoco a la sé le temo; yo la aguanto muy contento; busco agua olfatiando el viento y, dende que no soy manco, ande hay duraznillo blanco cavo, y la saco al momento. Allá habrá siguridá ya que aquí no la tenemos; menos males pasaremos y ha de haber grande alegría el día que nos descolguemos en alguna toldería. Fabricaremos un toldo, como lo hacen tantos otros, con unos cueros de potro, que sea sala y sea cocina. !Tal vez no falte una china que se apiade de nosotros! Allá no hay que trabajar, vive uno como un señor; de cuando en cuando un malón, y si de él sale con vida, lo pasa echao panza arriba mirando dar gelta el sol. Y ya que a juerza de golpes la suerte nos dejó a flus puede que allá veamos luz y se acaben nuestras penas: todas las tierras son genas; vamosnós, amigo Cruz. El que maneja las bolas, el que sabe echar un pial y sentarsele a un bagual sin miedo de que lo baje, entre los mesmos salvajes no puede pasarlo mal. El amor como la guerra lo hace el criollo con canciones; a mas de eso en los malones podemos aviarnos de algo; en fin amigo, yo salgo de estas pelegrinaciones. En este punto el cantor buscó un porrón pa consuelo, echó un trago como un cielo, dando fin a su argumento; y de un golpe el instrumento lo hizo astillas contra el suelo. -Ruempo -dijo-, la guitarra, pa no volverme a tentar; ninguno la ha de tocar, por siguro tengaló; pues naides ha de cantar cuando este gaucho cantó. Y daré fin a mis coplas con aire de relación; nunca falta un preguntón más curioso que mujer, y tal vez quiera saber como jué la conclusión. Cruz y Fierro de una estancia una tropilla se arriaron; por delante se la echaron como criollos entendidos, y pronto sin ser sentidos por la frontera cruzaron. Y cuando la habían pasao, una madrugada clara le dijo Cruz que mirara las últimas poblaciones, y a Fierro dos lagrimones le rodaron por la cara. Y siguendo el fiel del rumbo se entraron en el desierto, no sé si los habrán muerto en alguna correría, pero espero que algun día sabré de ellos algo cierto. Y ya con estas noticias mi relacion acabé; por ser ciertas las conté, todas la desgracias dichas: es un telar de desdichas cada gaucho que usté ve. Pero ponga su esperanza en el dios que lo formó; y aquí me despido yo que he relatao a mi modo males que conocen todos, pero que naides contó.