Esta noche es fría y húmeda,
la lluvia golpea fuerte el cristal
pero no hace tanto frío fuera
como dentro de mi cama.
Llevo tantas noches sin dormir
contando deseos de mil en mil,
repasando una y otra vez
lo que ha sido y hoy no puede ser.
No puedo dejar de pensar en tu piel,
el sabor de tus labios.
No puedo olvidar el calor de tu sien
ni el olor en mis manos.
Cuando beso tu frente.
Cuando estoy a tu lado.
Soy consciente de mi soledad,
de mi poca originalidad
al describir mi triste situación.
Pero así es mi cruda realidad.
Son un día y otro sin saber
si un día te volveré a tener.
Y sin saberlo sé que esperaré
eternamente en este anochecher.
No puedo dejar de pensar en tu piel,
el sabor de tus labios.
No puedo evitar el sentirme tan llena
después de tu abrazo.
En la oscuridad me devora el vacío
y los celos amargos.
Empiezo a dudar de si lo que tuvimos es sólo pasado.
Y si fuera presente, si no me has olvidado.
Y si fueras consciente de que sí me has amado...
Tú, mi estrella de la suerte. Tú, mi soledad ausente.
Tú, la pieza que me falta. Tú, para salvar mi alma.
Tú, un día entenderán que tú, eres mi otra cara.
Tú, el verso que nunca escribí, el que hasta hoy no sé decir.
Donde estés tienes que saber que me quita la vida esta ansiedad.
No te dije nunca la verdad, es por ti que sé lo que es amar.
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