(Filipenses 2:16)
1. Te damos las gracias, bendito Jehová, por dar tu Palabra de luz y verdad. Tus siervos escribieron, por santa inspiración, tus sabios consejos, tu recta instrucción.
2. Los fieles profetas de la antigüedad son un buen modelo de fe y humildad. Aunque eran imperfectos, vencieron el temor; su historia nos llena de aliento y valor.
3. La Biblia es viva y tiene poder; penetra en lo más hondo de nuestro ser; ve nuestras intenciones y juzga al corazón; nos sirve de guía, nos da protección.
(Véanse también Sal. 119:16, 162; 2 Tim. 3:16; Sant. 5:17; 2 Ped. 1:21.)
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