Tus manos, torpes, jugaban con mis manos. Tus dedos sucios de tinta escolar buscaban curiosos las flores de mi pubertad. Y ya no me acuerdo de tus apellidos. Eras de mi clase. Eras... Eras... Eras de bailar.
Algunas tardes venías con tu hermano para ir al cine y, a veces, a robar los libros primeros de Kafka, Machado o de Marx. Y ya no me acuerdo de cómo besabas. Eras de mi barrio. Eras... Eras... Eras de mi edad.
Adiós amigo, amigo, compañero de colegio, camarada de aquel tiempo mitad miedo, mitad fiebre, algo vida y algo muerte.
Catorce años en el sesenta y cuatro. Catorce meses de no ir a comulgar Y catorce besos oscuros en la oscuridad. Y ya no me acuerdo cómo era aquel tiempo. Era un tiempo neutro. Era... Era... Era la ansiedad.
Adiós amigo, amigo, compañero de colegio, camarada de aquel tiempo mitad miedo, mitad fiebre, algo vida y algo muerte.
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