Nos conocimos de noche, por casualidad y nuestros nombres mentimos, por seguridad y es que tenía en su mente no volverme a ver pero en un cuarto alquilado me dio su querer.
Y ahora, nada me queda de ella después del amor pude olvidar su mirada, su piel y su vos. Pude quitar de mis manos la tibia humedad que entre gemidos y abrazos dejaba escapar, sin un respiro y seguía de forma brutal dándome amor y sin tregua me hacía vibrar pude olvidarme de todo pero me quedé con una marca que nunca quitarme podré.
Pues me dejó un gusto a mujer en la boca que no encontré besando otros labios jamás pues la busqu´´e besando de manera loca a miles de bocas, ninguna fue igual.
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