Ninguno me hable de penas porque penando yo vivo y naides se muestre altivo aunque en el estribo este que suele quedarse a pie el gaucho mas alvertido
Yo he conocido esta tierra en que el paisano vivia y su ranchito tenía y sus hijos y mujeres era una delicia ver como pasaban los días
Entonces cuando el lucero brillaba en el cielo santo y los gallos con su canto nos decian que el día empezaba a la cocina rumbiaba el gaucho que era un encanto
Y sentao junto al fogon a esperar que venga el día al cimarron le prendía hasta ponerse rechoncho mistras su china dormía tapadita con su poncho
Y apenas el horizonte empezaba a coloriar los pajaros a cantar y las gallinas a apiarse era cosa de largarse cada cual a trabajar
Venia la carne con cueros la sabrosa carbonada mazamorra bien pizada los pasteles y el güen vino pero a querido el destino que todo aquello acabara
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