En el telón de la noche, se lo juro, compadrito, vi dos estrellas galanas, dos luceros gemelitos.
¿Serán los ojos brillantes de un venado lampareado o quizás la lucecita de un caserío cercano?
Pero allá en Jocote Tuma el compadre Gumersindo le contesta circunspecto con su acento campesino:
Esas luces que en el cielo parpadellan serenitas son dos pupilas chachaguas patentitas, patentitas, son los ojos fulgurantes de Edgar, la Gata Munguía que nos dicen: Adelante, ya viene clareando el día.
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