Un día, junto al mar, la más triste canción oyó llorar a un alma su dolor, y a por el alma fue vibrando la tonada, conmovida y gentil, maravillada.
¿Qué pena lloras tu? le dijo la canción que me has trocado en gracia el corazón
De que me sirve a mi le respondió un sollozo la virtud, si no tengo un canto hermoso?
Sospecho que hoy empiezo a ser canción. Y tengo la impresión de que sere tu sol si logro ser tu canto. Sospecho que hoy empiezo a ser canción, si seco un llanto.
Un día, junto al mar, un alma oyó su voz y una tonada hallaba su razón. Fue el día en que murió la verdad hechizada: la melodía y el alma enamoradas.
El alma con canción iluminó su hogar, y la canción con alma echó a volar. Desde entonces las dos vivieron mas despacio, a pesar de su tiempo y de su espacio.
Sospecho que hoy empiezo a ser canción. Y tengo la impresión de que sere tu sol si logro ser tu canto. Sospecho que hoy empiezo a ser canción, si seco un llanto
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