Piden paz las filas de lo siempre igual Piden paz las horas secas de esperar Piden paz los huesos listos a quebrar Piden paz las ropas que no se usan más
La vanidad es obra de un tirano rey que goza ser su propia ley y tiembla de inseguridad
La caridad nunca es bien entendida la culpa es una herida que infecta la intención
Piden paz los ojos rojos de perder Piden paz los perros del amanecer Piden paz las cosas que dijiste ayer Piden paz los ciegos que te ven volver
La libertad está hecha de madera una chispa cualquiera la puede hacer caer
No seré yo quien te haga daño pero no estoy para ratón Podés guardar tus zarpas para un tonto peor
La ambigüedad permite muchas caras tomar partido en nada pasar por distracción
La soledad se ríe de las cámaras y aplasta entre sus sábanas la fina pretensión
Piden paz los sábados de mal de amor Piden paz los platos y el televisor Piden paz las letras chuecas del doctor Piden paz los tubos del respirador
Piden paz los muros de Jerusalén Piden paz los robos en el almacén Piden paz las luces huecas del andén Piden paz las caras muertas en el tren
Piden paz Piden paz Piden paz
Pedro Aznar: Voz, Bajo Andrés Beeuwsaert: Organo Hammond Federico Dannemann: Guitarras eléctricas
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