Pedacito de papel al viento es la mariposa bailadora. Danza que te gira embrujadora, enjugando negros pensamientos.
Ido a sus colores, tomo asiento fuera del espacio y de la hora. Desde allí la vida se demora, obra y gracia de su encantamiento.
Hacia el ocaso, ya hace mucho que yace en mi camisa oscura su luz multicolor abierta.
Si hubo un dolor, ya no lo escucho. Y en la fragante noche pura vuela la mariposa muerta.
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