Tengo 39 años, soy una mujer, limpio el polvo de mi vida que no me deja ver. Sé que sufro para nada y mi sombra vive presa de muchos porqués
¿Quién, quién sabrá porqué vivo así? Esclava de mi casa: lavo, friego, limpio y abrillanto. Curro mucho, pero aunque me canso, cada noche debo ser ¡prostituta por deber!
No soy nada, yo no pienso y no estoy aquí. De política no entiendo, total, ¿qué?
A unos pelos en el pecho he de obedecer, y una chorra y dos pelotas tienen el poder.
¿Quién, quién sabrá porque vivo así? Debajo de un imbécil, no, no, no quiero mas miedo. Pero el buen Dios y así me lo enseñaron. Aunque no quise hizo de mí ¡prostituta por deber!
Yo, yo sufro de los nervios y tomo muchas clases de pastillas. Y en mis sueños creo ser ¡prostituta por deber!
Soy la fábrica de carne, mis hijos son del estado y soy una (prostituta). Y soy una (prostituta). Y soy una (prostituta).
No puedo elegir.
|