Pampa: Yo diviso tu anchura que ahonda las afueras, yo me estoy desangrando en tus ponientes.
Pampa: Yo te oigo en las tenaces guitarras sentenciosas y en altos benteveos y en el ruido cansado de los carros de pasto que vienen del verano.
Pampa: El ámbito de un patio colorado me basta para sentirte mía.
Pampa: Yo sé que te desgarran surco y callejones y el viento que te cambia. Pampa sufrida y macha que ya estás en los cielos, no sé si eres la muerte. Sé que estás en mi pecho.
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