Enamorado de una monja!
Ella puso cuernos al novio dejo a dios por mi paquete, y desnudando los hábitos bendijo el sesenta y nueve.
Vi su belleza en la calle y una sonrisa me bastó para que al fin desnudase algo más que el corazón. Vi sus ojos en mi fijos, invitándome a actuar, y conseguí con palabras poder verla un día más.
Enamorado de sus pechos, de su boca, de una raza muy curiosa.
Vivo sin vivir en mi y el resto de las tías ya no me interesan, vivo enamorado de una monja. Y con citas prohibidas perdidas de religión se dio cuenta que el orgasmo no tiene amistad con dios. Y abrió sus puertas al mundo al comprender que el dolor no es ninguna ley de vida sino una equivocación.
Y renegó del convento viendo su antigua ceguera, para que el resto del tiempo tenga el placer la bandera.
Hoy odia hablar del pasado, que la perdió con engaños, y la entristece pensar en las hijas del más santo.
¡Enamorado de una monja!
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