Un pedazo de suelo de mi patria y un fogón orillando la alborada entre mate y pitada, trasnochao, el cimarrón girando en rueda gaucha, mientras a media voz sobre el paisaje, un cuento se alza en vuelo de guitarras y la voz paisana del relato, forma prieta golilla en la garganta.
"Fue, fue cuando en tuita Salta no hubo criollo que mezquinara el pecho ante las balas... La montaña... la montaña y el llano eran altares donde el coraje macho de la raza; entre lágrimas, chuza, sangre y sable consagraban la victoria de mi patria".
"Cada voz, cada voz era un grito de: "¡¡¡A LA CARGAAAAAA...!!!" que sonaba a clarín en las patriadas y cada mano gaucha: garra fiera que la batalla prolongaba en lanza".
.............................................. - "Con su permiso, Señor". - "Pasá muchacho"... -"Vengo de Tacuaralta y he galopiao diez leguas pa' pedirle que me deje peliar en las patriadas. Tengo un ruano ligero como el viento y una daga... y una daga filosa en mi tacuara".
-"¿Un encargo, decís?" -"Mesmo. E' un encargo de mi Mama. Ej una deuda ¿sabe?... Ej una deuda que me ha dejao mi Tata, cuando cayó guapeando en una carga; pa' que su hijo mayor se la pagase con la sangre caliente de esos maulas".
-"¿Y...cuántos años tenís? -"¿Yo?... yo voy pa' trece... y mi hermano por once, por hay le anda".
-"¿y qué dirá tu mama si los matan? -"...¿Qué se yo? Mi Mama... ¡Mi mama va a decir que supimos morir como... Peralta!". .................................
Y el más chico agarrao a los pantalones del Comandante y llorando, llorando pero sabiendo que va a morir por ese algo "MACHO", por ese algo grande que es como la madre que tuito lo da y que nada lo pide y que se llama: ¡PATRIA!
Arrodillao le dice:
-"¡Señor!, ¡Déjeme morir peleando, Señor! ¡Que yo se lo juro! Mi Mama no va a llorar si nos matan, Señor,... Mi Mama no va a llorar si nos matan, Señor,... porque mi Mama, Séñor...
mi Mama es ¡¡¡GAAUCHAAA!!!".
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