Veme sangrando el cuerpo, aullar al cielo hueco, ya no es sagrado un sueño ni el pan ni el vino viejo.
Gigantes ciegos somos y al mundo le tememos. Locura crece dentro, no hay vida, solo miedo...
¡Hay que gritar la locura que nos mata!?
¡Ven a darme luz y paz! Si estas en verdad, quédate en mí...
Toma mi corazón mutilado entre tus manos, exprímelo hasta que quede cenizas y polvo, que nunca más quiero recordar que Dios existió dentro de mi...
Ángel que duermes mientras oyes el cielo y el mar, dame tu divinidad.
¡Amén! ¡Amén! ¡Amén!
El silencio es la repuesta a mi locura ansiosa por sanar, solo me angustia desearte más.
El silencio es la respuesta a mi enfermedad...
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