Me gusta conducir en la chapa de mi carro hundido en el asiento y al volante enganchado
Que guay es sentir el olor a gasolina derrapando en el asfasto mientras las ruedas patinan
Cuando quiero en la autopista marco yo los movimientos y mis pilotos sangrientos los dejan bien a las vista
Hundo mi bota de cuero hasta el fondo acelerando inyectandome en el cuerpo la violencia del impacto
La delantera mordiente atraviesa el aire cortando en dos mitades a una vieja que pasaba vacilando
El parabrisas se escarcha llenando el cristal de sangre con rojas salpicaduras recuerdo de ese fiambre
El panel de mando se ilumina mi rostro congestionado sembrado de cicatrices y con los ojos en blanco
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