I Era la siesta expresión del silencio Pero si andaban todo era un concierto Un himno agreste que cantan los pueblos
Guía mis manos, rasgueaba en mi pecho Y andaba el bombo golpeándome adentro
Me vuelvo monte para ser su dueño
Los corazones de duendes fiesteros Ya mudanseaban como si un brasero
En sus entrañas prendieran sus sueños
II Respiro suave aroma silvestre Bajo una sombra recuerdos me envuelven Cae en la tarde y su canto florece
Rompiendo el remanso y agitando el fuego Entrando en mi alma para hacerse dueño
Entre espejismos se alzan en vuelo
Y en su corteza me trepo de nuevo Buscando al sonoro cantor de los tiempos
Dulzor de algarroba llevame a su encuentro
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