Un par de horas en un bar para olvidar. Después el día no podrá con mi sopor.
Dejo a mis ojos ver allí y nada atrapa mi atención. Se me hizo piedra el corazón, respiro igual.
Mi furia antigua se licuó y me silenció. Media sonrisa y poco más? ningún secreto que cuidar. La cacería terminó, presas no hay.
Hay pajaritos? Bravos muchachitos! Hay pajaritos? Bravos muchachitos!
Me convencí de que es mejor y me hizo bien. Estoy curado, ya sané. Me oigo chillar.
Y tengo sueños de ratón y de terraza de hospital. Que deliciosa sensación, sofocación. Sin desafíos a cumplir, ya sin temor.
Dejé mi hocico más feroz, sin mi aliento más bestial. Y con más tiempo que beber, calmé mi sed.
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