Traducción de la letra Bastaba una palabra de Francisco Javier

Idioma Origen:

Bastaba una palabra,
para salvar la distancia
y que la rabia de la discusión
se evaporará.

Bastaba una palabra,
para que todo cambiara,
el llanto en risas,  el frío en calor
y el oro en plata.

Siempre fue así, estaba loco por ti
y aunque pareciese ilógico,
con tal de poder seguir teniendo tus ojos palidos
a todo decia si y me pedias cada vez más.

En el amor, uno se deja querer
y el otro se entrega al máximo,
porque tuve que ser yo
quien arriesgara su corazón.

Bastaba una palabra,
un simple te quiero agua,
para que el fuego de un día más
se nos calmara.

Bastaba una palabra,
para para equilibrar la balanza
y que el caudal de las lagrimas,
no se desbordara.

Siempre fue así,
estaba ciego por ti
y aunque no fuese muy lógico,
siempre con tal de seguir
teniendo tus labios humedos
decia a todo que si,
empeorando la situación.

En el amor, uno se deja querer
y el otro se entrega al máximo,
y aquí entre nosotros dos
quién se la juega soy siempre yo.

Bastaba una palabra.

Bastaba una palabra,
para que todo cambiara,
el llanto en risas, el frío en calor
y el vino en agua.
Idioma Destino:

Bastaba una palabra,
para salvar la distancia
y que la rabia de la discusión
se evaporará.

Bastaba una palabra,
para que todo cambiara,
el llanto en risas,  el frío en calor
y el oro en plata.

Siempre fue así, estaba loco por ti
y aunque pareciese ilógico,
con tal de poder seguir teniendo tus ojos palidos
a todo decia si y me pedias cada vez más.

En el amor, uno se deja querer
y el otro se entrega al máximo,
porque tuve que ser yo
quien arriesgara su corazón.

Bastaba una palabra,
un simple te quiero agua,
para que el fuego de un día más
se nos calmara.

Bastaba una palabra,
para para equilibrar la balanza
y que el caudal de las lagrimas,
no se desbordara.

Siempre fue así,
estaba ciego por ti
y aunque no fuese muy lógico,
siempre con tal de seguir
teniendo tus labios humedos
decia a todo que si,
empeorando la situación.

En el amor, uno se deja querer
y el otro se entrega al máximo,
y aquí entre nosotros dos
quién se la juega soy siempre yo.

Bastaba una palabra.

Bastaba una palabra,
para que todo cambiara,
el llanto en risas, el frío en calor
y el vino en agua.