Traducción de la letra La suegra. de Tito Fernandez

Idioma Origen:

LA SUEGRA.
Letra y Música: Tito Fernández.
El diablo andaba penando, le pregunté ¿Qué te pasa?
y me dijo, suspirando: "tengo a mi suegra en la casa".
San Pedro, por consiguiente, espera que desespera,
"mi suegra anda con la llave, prefiero quedarme afuera".
Y así la lista se alarga, de personajes casaos,
que andan, con señora y suegra, pagando por sus pecados.
En el infierno y el cielo, tamién en el purgatorio,
los tormentos del averno empiezan con el casorio.

De una negra, buenamoza, un día me enamoré,
la cortejé, nos casamos, y otra vida comencé.
Su madre, señora culta, muy amable de soltero,
comenzó a mostrar la hilacha cuando pasé a ser su yerno.

Eligió el color del living, aconsejó a mi mujer,
insinuó como vestirme "para que se vea bien (dijo).
Que el caso de la experiencia, ¡ojo con el presupuesto!
y déle con el ahorro, que el futuro es muy incierto.

De lo terrores la suegra se saca el número cien,
donde la llaman se mete, si no la llaman, tamién.
Hay suegras que son chiquitas, hay otras que son muy grandes,
hay suegras que son flaquitas, y otras como un elefante.

Hay suegras que son bajitas, hay otras que son muy altas,
hay suegras que son blanquitas y otras que parecen paltas,
De esta vida y sus misterios, nunca he entendido la cosa,
¿Cómo hizo vieja tan fea a una hija tan buena moza?

Mi mujer, cuando se enoja, me amenaza así nomás:
"Si no te portai mejor, me voy donde mi amá".
Como si la vieja juera la salvación de las almas,
pero no se va re nunca (iñor) se güelve pura amenaza.

Qué sería de mi vida, digo, sin mi señora y mi suegra,
ellas opinan, seguras, que las pasaría negras.
¡Ah! llegaría a cualquier hora, con la caña o sano y güeno,
nadie me diría cosas ni me daría veneno.
Podría ver en la tele los programas que quisiera,
invitar a los amigos sin tener ningún problema.
Conversar, tal vez del fútbol, de lo que pasa en el Colo,
hacer una fiestecita, con un poquito de too,
inventar que too el mundo se compone de solteros
y que la suegra no existe, como no sea en un sueño.

Pero, para que soñamos, la vieja está allí, presente,
a pesar de lo que hagamos la suegra sigue vigente.
Acechando, sin cansarse, al pobre yerno que vive
sufriendo como re diantres deseando que se suicide.

Cuando viene de visita, cosa que hay que temer,
llega a parecer piraña(iñor) por lo güena p'a comer.
Se nos pega por cariño, dice, y nos da güelta la casa,
nos malenseña a los niños y me agrega un par de canas.

Mi suegra tiene sus cosas, pero así tiene que ser,
y si no juera por ella, no estaría mi mujer
ni los cauros en la casa, ni esta querida familia,
que crece con esperanza de ver, en flor, la semilla.

De las cosas del futuro, lo único que veo negro
es que algún día, seguro, voy a pasar a ser suegro.
Así es que se acaba el cuento, como se ve, de algún modo,
güenas tardes caballeros, y ¡eso sería todo!



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Idioma Destino:

LA SUEGRA.
Letra y Música: Tito Fernández.
El diablo andaba penando, le pregunté ¿Qué te pasa?
y me dijo, suspirando: "tengo a mi suegra en la casa".
San Pedro, por consiguiente, espera que desespera,
"mi suegra anda con la llave, prefiero quedarme afuera".
Y así la lista se alarga, de personajes casaos,
que andan, con señora y suegra, pagando por sus pecados.
En el infierno y el cielo, tamién en el purgatorio,
los tormentos del averno empiezan con el casorio.

De una negra, buenamoza, un día me enamoré,
la cortejé, nos casamos, y otra vida comencé.
Su madre, señora culta, muy amable de soltero,
comenzó a mostrar la hilacha cuando pasé a ser su yerno.

Eligió el color del living, aconsejó a mi mujer,
insinuó como vestirme "para que se vea bien (dijo).
Que el caso de la experiencia, ¡ojo con el presupuesto!
y déle con el ahorro, que el futuro es muy incierto.

De lo terrores la suegra se saca el número cien,
donde la llaman se mete, si no la llaman, tamién.
Hay suegras que son chiquitas, hay otras que son muy grandes,
hay suegras que son flaquitas, y otras como un elefante.

Hay suegras que son bajitas, hay otras que son muy altas,
hay suegras que son blanquitas y otras que parecen paltas,
De esta vida y sus misterios, nunca he entendido la cosa,
¿Cómo hizo vieja tan fea a una hija tan buena moza?

Mi mujer, cuando se enoja, me amenaza así nomás:
"Si no te portai mejor, me voy donde mi amá".
Como si la vieja juera la salvación de las almas,
pero no se va re nunca (iñor) se güelve pura amenaza.

Qué sería de mi vida, digo, sin mi señora y mi suegra,
ellas opinan, seguras, que las pasaría negras.
¡Ah! llegaría a cualquier hora, con la caña o sano y güeno,
nadie me diría cosas ni me daría veneno.
Podría ver en la tele los programas que quisiera,
invitar a los amigos sin tener ningún problema.
Conversar, tal vez del fútbol, de lo que pasa en el Colo,
hacer una fiestecita, con un poquito de too,
inventar que too el mundo se compone de solteros
y que la suegra no existe, como no sea en un sueño.

Pero, para que soñamos, la vieja está allí, presente,
a pesar de lo que hagamos la suegra sigue vigente.
Acechando, sin cansarse, al pobre yerno que vive
sufriendo como re diantres deseando que se suicide.

Cuando viene de visita, cosa que hay que temer,
llega a parecer piraña(iñor) por lo güena p'a comer.
Se nos pega por cariño, dice, y nos da güelta la casa,
nos malenseña a los niños y me agrega un par de canas.

Mi suegra tiene sus cosas, pero así tiene que ser,
y si no juera por ella, no estaría mi mujer
ni los cauros en la casa, ni esta querida familia,
que crece con esperanza de ver, en flor, la semilla.

De las cosas del futuro, lo único que veo negro
es que algún día, seguro, voy a pasar a ser suegro.
Así es que se acaba el cuento, como se ve, de algún modo,
güenas tardes caballeros, y ¡eso sería todo!



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