Traducción de la letra Las cincuenta primaveras de Ecos Del Rocío

Idioma Origen:


Corta el aire un abanico al son de una mecedora,
corta el aire un abanico al son de una mecedora,
al son de una mecedora
y se apaga un cigarrillo al relente de la aurora.

Se fue el último chiquillo,
esta tarde fue la boda,
esta tarde fue la boda,
tu no me llores amor mío ni a mi lado te sientas sola.

Gracias amor, muchas gracias por hacerme tan feliz,
por estar siempre a mi vera,
las cincuenta primaveras que viviste junto a mi.


Un enfado una sonrisa pero siempre al lado mío,
un enfado una sonrisa pero siempre al lado mío,
pero siempre al lado mío,
nunca faltó una caricia ni un beso para tu marido.

Y guardabas cada año,
en un pañuelo escondido,
en un pañuelo escondido,
cuatro perras para escaparnos siete días al rocío.

Gracias amor, muchas gracias por hacerme tan feliz,
por estar siempre a mi vera,
las cincuenta primaveras que viviste junto a mi.


Cuantas veces en tu vientre puse mis manos cansadas,
cuantas veces en tu vientre puse mis manos cansadas,
puse mis manos cansadas,
me preguntabas lo sientes, tus ojos como brillaban.

Siete hijos, siete flores que perfumaron mi vida,
que perfumaron mi vida,
son siete espejos de amores para mirarnos todos los días.

Gracias amor, muchas gracias por hacerme tan feliz,
por estar siempre a mi vera,
las cincuenta primaveras que viviste junto a mi.


No eres volcán en mi cama ni yo aquél fuego encendido,
no eres volcán en mi cama no yo aquél fuego encendido,
ni yo aquel fuego encendido,
pero nos arden las lamas de mil momentos vividos.

En la gloria de buscarte y allí con Dios por testigo,
y allí con Dios por testigo,
yo soy capaz de casarme cincuenta veces contigo.

Gracias amor, muchas gracias por hacerme tan feliz,
por estar siempre a mi vera,
las cincuenta primaveras que viviste junto a mi.
Idioma Destino:


Corta el aire un abanico al son de una mecedora,
corta el aire un abanico al son de una mecedora,
al son de una mecedora
y se apaga un cigarrillo al relente de la aurora.

Se fue el último chiquillo,
esta tarde fue la boda,
esta tarde fue la boda,
tu no me llores amor mío ni a mi lado te sientas sola.

Gracias amor, muchas gracias por hacerme tan feliz,
por estar siempre a mi vera,
las cincuenta primaveras que viviste junto a mi.


Un enfado una sonrisa pero siempre al lado mío,
un enfado una sonrisa pero siempre al lado mío,
pero siempre al lado mío,
nunca faltó una caricia ni un beso para tu marido.

Y guardabas cada año,
en un pañuelo escondido,
en un pañuelo escondido,
cuatro perras para escaparnos siete días al rocío.

Gracias amor, muchas gracias por hacerme tan feliz,
por estar siempre a mi vera,
las cincuenta primaveras que viviste junto a mi.


Cuantas veces en tu vientre puse mis manos cansadas,
cuantas veces en tu vientre puse mis manos cansadas,
puse mis manos cansadas,
me preguntabas lo sientes, tus ojos como brillaban.

Siete hijos, siete flores que perfumaron mi vida,
que perfumaron mi vida,
son siete espejos de amores para mirarnos todos los días.

Gracias amor, muchas gracias por hacerme tan feliz,
por estar siempre a mi vera,
las cincuenta primaveras que viviste junto a mi.


No eres volcán en mi cama ni yo aquél fuego encendido,
no eres volcán en mi cama no yo aquél fuego encendido,
ni yo aquel fuego encendido,
pero nos arden las lamas de mil momentos vividos.

En la gloria de buscarte y allí con Dios por testigo,
y allí con Dios por testigo,
yo soy capaz de casarme cincuenta veces contigo.

Gracias amor, muchas gracias por hacerme tan feliz,
por estar siempre a mi vera,
las cincuenta primaveras que viviste junto a mi.