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¿Quién es aquél, que ha dado su vida por
mí? ¿Quién fue ese hombre, que con su
último aliento nos perdonó, amó? ¿Qué
fue de él, que el mundo pareciese ya
olvidarlo, como si nada? ¿Qué dice
el mundo de él, que aún sigue
hablando, claramente a
nuestra alma?
Corrió el mal, corrió el mal; se apresuraron
a desgarrarle, desfiguraron su cuerpo, se
saciaron con su sangre. Burlas recibió,
golpes y heridas de muerte, más él...
nada dijo, (más él) solo calló.
El mundo lo despreció, lo entregaron como a cualquier
cosa para alimentar su depravación, su lujuria, sus
deseos... llenos de ira y morbo en demasía, todos
guiados por un corazón perverso y unos
demonios tan oscuros, tan crueles, que
siguen atormentando a este mundo,
a simple gusto.
Su cuerpo, reflejó todo el odio y la maldad de esta tierra
hacia lo puro, verdadero y real. Su sangre y heridas
expresan directamente el desprecio de algo más;
que no quiere tener cerca la pureza y está en
contra - de la luz (Divinidad), de Dios.
Su sacrificio, es el más perfecto regalo que Dios pudo
haber hecho para con nosotros, que gracias a él, y
sólo por él... volvemos a hablar, y podemos ir, con
aquél que nos creó.
¿Es éste el hombre, de que muchos... no quieren acordarse?
¿Es éste el hazme reír, de un mundo que quiere seguir
en sus caminos, maldades y depravaciones?
¿Es éste el regalo inmerecido, que Dios
bondadoso, y misericordioso,
tuvo para darnos?
¿Es éste, de quién te
sigues escondiendo?
¡¡¡Vamos!!!
Admítelo.
¿Es de éste hombre de quien sales huyendo porque
expone tu verdadera condición? ¿Es de éste hombre
sufrido de quién tienes miedo de ver su rostro
ensangrentado, quién revela tus maldades y
deseos más íntimos y pecados?
Pues...
....míralo
míralo.
Por favor,
míralo.
Él se dio así mismo por ti,
porque te ama, porque sabe
que sufres, porque te conoce
y sabe que estás confundido.
¿No lo ves?
¿No lo ves?
¿Quién es aquél, que ha dado su vida por
mí? ¿Quién fue ese hombre, que con su
último aliento nos perdonó, amó? ¿Qué
fue de él, que el mundo pareciese ya
olvidarlo, como si nada? ¿Qué dice
el mundo de él, que aún sigue
hablando, claramente a
nuestra alma?
¿Qué piensas tú de él,
y qué significa para ti;
ahora que le conoces?
¿Es amor?
¿Es humildad?
¿Es cariñoso?
¿Es real?
¿Es bondadoso?
¿Es perfecto?
¿Es alegre?
¿Es sincero?
O, ¿Lo es
todo?